Traslado de un jardín histórico. Valencia

El puerto de Valencia es uno de los más importantes del Mediterráneo en transporte de contenedores, por lo que necesita una gran superficie en su entorno para el almacenamiento y gestión de los mismos.

Hace algunos años el Ministerio de Fomento, por medio de la Empresa Pública SEPES, acometió la ejecución de una Zona de Actuaciones Logísticas junto al puerto, con una superficie superior al medio millón de metros cuadrados, por lo que fue necesario el traslado de la población afectada, así como de algunos elementos patrimoniales protegidos.

Uno de ellos era la casa y el jardín de la antigua residencia de verano del Dr. Bartual. El jardín estaba compuesto, básicamente, por una colección de palmeras canarias, algunas de las cuales superaban los catorce metros de estípite, por lo que estaban consideradas como árboles monumentales por la legislación vigente. Tanto la casa como el jardín debían trasladarse a una nueva parcela, fuera de la zona de afección de las nuevas instalaciones portuarias.

Aunque la distancia no era muy grande, la necesidad de trasladar las palmeras en posición vertical, para garantizar el éxito del trasplante, convertía la actuación en un proceso complejo y peligroso.

Tras la redacción del proyecto, que también incluía el del nuevo jardín al ser la parcela de destino más pequeña que la original, se procedió al traslado de la colección de más de veinte palmeras canarias a la nueva parcela, junto con los materiales más interesantes de la casa original: vigas de madera, azulejos, tejas, baldosas, etc.

Transcurrido más de un año desde la ejecución de los trasplantes, las palmeras se encuentran en perfecto estado, pese a coincidir los trasplantes con los ataques más virulentos de la temible plaga del picudo rojo.

Desgraciadamente, transcurridos varios años sin el más mínimo cuidado por parte de sus nuevos propietarios (el Ayuntamiento de Valencia) ya casi no queda ninguna palmera en pie, y las que quedan dan pena, como el resto del jardín.

Un gran esfuerzo técnico y económico para nada. Un espacio que podía haber sido un fantástico equipamiento cultural. Quizá por eso. Cultural.

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